Son los efectos de las fuerzas gravitacionales de atracción entre la Luna, el Sol y la Tierra los que producen las mareas: un aumento y disminución cíclico del nivel del océano. A pesar de su mucho menor tamaño y masa, la Luna ejerce el doble de fuerza que el Sol debido a su gran cercanía generando una onda marina que viaja bajo el astro, a medida que éste rota alrededor de la Tierra. Cuando alcanza un continente, la onda empuja grandes masas de agua al interior de bahías estrechas, estuarios de ríos y canales, aumentando de modo significativo el nivel del mar en esas costas. En la bahía de Fundy, en Canadá, por ejemplo, se producen las mareas más altas del mundo con amplitud sobre los 16 metros de altura; en Inglaterra y Francia hay costas en que el nivel del mar alcanza 13 metros, tal como ocurre en la ría del Puerto de Río Gallegos, mientras que en el Estrecho de Magallanes, se registran mareas de 10 metros.
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